Una antigua república soviética a orilla del Mar Báltico es la sociedad digital más avanzada del Planeta. Improbable, pero cierto. En el tranvía del camino al trabajo o en la sala de espera del dentista, sus ciudadanos pueden matar el tiempo en Facebook or hacer la compra semanal, pero también renovar su pasaporte, firmar un documento o crear una empresa. Bienvenido a Estonia, el País que ha puesto la tecnología por bandera.
En el garaje de ambulancias de North Estonia Medical Centre, un hospital público situado en el noroeste de Tallin, Arkadi Popof hace una demostración práctica. En un ipad abre la aplicación que utiliza el equipo sanitario de urgencias desde 2015. “Si engresamos el código de identificación del paciente que acabamos de recoger, podemos acceder a su historia, a los números de contacto de sus familiares e incluso al de su médico habitual. Tener este tipo de información de calidad desde el primer momento es vital: evita errores en la toma de decisiones, y, evidentemente salva vidas”, resume Popov, un médico de trato afable que luce la bata blanca de rigor y unas zapatillas de deporte de suelas desgastadas, que delatan demasiadas carreras por un servicio que recibe diariamente en torno a 250 personas. Cuando la ambulancia está de camino al hospital, el personal del centro puede ver su recorrido gracias al GPS y así tenerlo todo preparado. “Esa información también es muy valiosa: todo lo que nos ayude a sofocar el caos es clave”.
Si un paciente llega en estado crítico y necesita una intervención inmediata, la enfermera Rita Beljuskina y el médico anestesiólogo Sergei Kagalo verán su ingreso en el sistema en tiempo real. En la planta de cirugía, una gran pantalla gobierna los 18 quirófanos disponibles. En blanco se ha quidado la pizzarra que utilizaban hasta hace cinco años, cuando todo se organizaba a golpe de teléfono y rotulador. “Con este sistema electrónico de reserva de quirofanos pionero en Estonia” subraya Kagalo “los cirujanos introducen los datos del paciente, especifican el nivel de urgencia de la operación – código rojo si necesita ser intervenido de urgencia; amarillo si puede esperar hasta dos horas; gris hasta 24 horas –, el tipo de instumental y personal necesario, y hasta el tiempo que durará la operación. “Ahora hay menos overbookings, menos esperas y menos cancelaciones. Incluso se han resuelto temas quizás menores, peros ineficientes: antes muchas veces los médicos olvidaban poner en la ficha qué tipo de antibióticos se iban a necesitar. Ahora no puede cerrarse la reserva sin esa información”, explica Beljuskina. Terminada la intervención los cirujanos se dirigen a una sala de ordenadores, donde completan el informe del paciente, que una vez recibida el alta, se encriptará y pasarà a formar parte de su historial medico.
En adelante, podrá decidir que el dosier de su paso por el North Estonian Medical Centre sea accesible para otros especialistas que lo traten o, de lo contrario, blindarlo para que nadie puede verlo. En el sistema estonio los ciudadanos son los únicos propietarios de sus datos y cuando, por ejemplo, un juez, un policía o un funcionario de la red de transporte accede a ellos, esa consulta queda registrada y, si se considera injustificada……..(fin parte 1)