…pero en el territorio holandés habitan 17 millones de personas, en el de la centenaria República báltica, tan solo 1,3 millones. En el breve trayecto que separa la estación de tren de la casa de su vecina Maris Joona, Erica Ader enumera los servicios de esta población de 715 habitantes: escuela, iglesia, tienda de ultramarinos, gasolinera, biblioteca……
“Esta última es importante, porque ayuda a muchos mayores a quienes los trámites online se les hace cuesta arriba”, explica. El 88% de los Estonios navega por Internet a diario y el 87% de la población entre los 16 y los 74 años se conecta al portal gubernamental. La brecha digital está superada. Y en los planes de la Presidenta Kersti Kaljulaid – la primera mujer en ocupar el cargo y, a sus 46 años también la más joven – está también dejar atrás la que tradicionalmente ha separado al campo y la ciudad. En un par de décadas, creen, el trabajo en remoto permitirá que ya no haga falta mudarse a un centro urbano por motivos laborales. Y ese es un horizonte especialmente atractivo para los estonios. “Este lugar puede ser exagerantemente tranquilo. Pero esta es una forma de vida. Somos un pueblo al que nos gusta estar cerca de la naturaleza”. Traductora e intérprete – habla, además de estonio, ruso, inglés y finés – Ader ahora está semirretirada, y tan solo da clases de idiomas por Skype.
Joona, que trabaja en el departamento de marketing de la officina de turismo de Tallin, está de baja de maternidad y su casa desprende un delicioso olor a bollos de canela. Ambas nacieron en esta localidad y solo se ausentaron para estudiar en la universidad. Tenían claro que la practicidad no era suficiente para echar raíces en la ciudad. Y ahora, con internet siempre activo y el teletrabajo abriéndose paso, las incomodidades rurales son menos. “Quizás por eso cada vez más gente de mi generación decide volver a su pueblos”, dice Joona.
La libertad geográfica es otro de los conceptos revolucionarios que abandera Estonia. Si para muchos trabajos solo se necesitará banda ancha, ¿ por qué siquiera vivir en este país cubierto en un 51% por bosque en lugar de en una cálida ciudad bañada por el mar Mediterraneo?
Pero este es un obiectivo que reservan para un futuro más lejano. “En el inmediato”, desgrana Siim Sikkut, jefe de información del Gobierno estonio “estamos centrados en el simplificar los trámites entre Administración y ciudadanos y emprendedores. Ahora mismo la mayoría de esas interacciones se realizan online: entras en la plataforma, rellenas unos datos y listo. Pero queremos automatizar y agrupar esos procesos. Ser más predictivos. Por ejemplo, si una empresa permite que nuestra agencia tributaria tenga acceso a su contabilidad, nunca tendríamos que pedirle las declaraciones correspondientes. Obtendríamos la información de la fuente original y un trabajador no tendría que introducir los datos en nuestro sistema. O, cuando nace un bebé, en lugar de que sus padres vayan a cinco sitios distintos en nuestro portal, podríamos enviarles un correo diciéndoles: “¡Enhorabuena y muchas gracias por el nuevo ciudadano/a! Sabemos que ha nacido tu bebé porque el hospital ha introducido su nombre en el registro de población. Completemos los siguientes trámites”. Así lo solucionariamos en una sola tacada. A eso aspiramos ahora mismo, pero requiere un gran cambio en la forma de funcionamiento de una Administración”.
Estonia ocupa el cuarto lugar en el ranking de los países menos habitados de Europa – le preceden Malta, Luxemburgo y Chipre –. Y su población está en declive. Al menos la física. Porque la digital no para de crecer.