Igual que los trabajos de la segunda mitad del siglo XX (con una progresiva concentración en el entorno urbano y un gran desarrollo del sector terciario) eran distintos de los trabajos de épocas anteriores (mayoría de la población rural y enfocada en la producción agrícola o industrial), en la actualidad se está viviendo otra migración desde el entorno físico al virtual. Los empleos del mundo desarrollado se liberan poco a poco de la lacra del presencialismo.
La paradoja está en que solemos subestimar los cambios futuros a pesar de que toda nuestra experiencia previa nos ha hecho conocer otros similares en el pasado. Por eso solemos considerar que son condiciones inalienables, casi “naturales”, lo que realmente es anecdótico.
Pensémoslo: la tecnología permite acceder y transmitir información de forma segura desde casa. ¿Por qué entonces estar atado a un lugar físico y a un horario de oficina cuando la necesidad que originó estas condiciones ya no existen? ¿Para qué conservar condiciones como horarios estrictos y localización física en un mismo recinto cuando esto sólo reproduce las condiciones de producción industrial?
En la actualidad existen múltiples carreras que no necesitan actuar sobre objetos físicos, sino sobre ideas: traductores, diseñadores gráficos, desarrolladores de software, copywriters, profesores online, proofreaders, daytraders, asistentes virtuales… Nótese la cantidad de anglicismos, precisamente a causa de que se trata de novedades en el panorama laboral.
Cuando tus clientes están repartidos en distintos husos horarios, no necesitas una oficina donde recibir una visita presencial. Las reuniones se hacen cada vez más de forma telemáticas. Cuanto más se alargan, menos productivas son, así que, cuanto más cortas y eficientes, mejor.
Un primer paso consistió en trabajar desde casa aun residiendo en la misma ciudad que la sede física de la compañía. ¿Para qué abandonar el pc de casa para soportar una agotadora hora de transporte sólo para estar frente a otro ordenador y coordinarse con los compañeros por e-mail y chat? ¿Quién quiere colaboradores que empiezan su jornada con menos energía sólo por el estrés del desplazamiento debido?
Las consultas profesionales entre compañeros de trabajo pueden darse de forma telemática (teléfono, mensajería, mail), mientras que las que no sean profesionales… son innecesarias y roban tiempo de trabajo. ¿Quién no ha sufrido una interrupción innecesaria en el flujo del propio pensamiento porque a un colega le apetecía comentar una película o un partido de fútbol que había visto? Además, está demostrado que se requieren de 5 minutos para recuperarse de estas interrupciones y alcanzar el punto de concentración en el que uno se encontraba previamente.
Así pues, trabajar desde casa ha generado empleados más eficientes, más felices, con menos absentismo, menos accidentes in itinere, una mayor conciliación laboral y familiar y, por ende, las personas pueden dedicar las horas de trabajo a trabajar.
A partir de la revolución TIC, dos factores han influido notablemente en el aumento del teletrabajo:
-Los jóvenes profesionales que se incorporan al mercado laboral encuentran un cuello de botella para acceder a las empresas tradicionales, de manera que han desbordado hacia otras formas de aplicar su experiencia. A menudo, mientras esperaban la “gran oportunidad” tradicional, pero luego se han encontrado muy cómodos.
-El cambio de paradigma que supone los nuevos valores de las generaciones más recientes: donde sus predecesores valoran el éxito formal, ascenso jerárquico y una nómina abultada, xennials y millenials valoran más la conciliación con sus intereses personales, satisfacción a nivel emocional, tiempo para crecer en distintos intereses (que luego pueden enriquecer sus resultados profesionales), satisfacción de su wanderlust, etc.
El siguiente paso vino de forma natural: si podemos trabajar mientras estamos de viaje, ¿por qué permanecer en nuestro país de origen pudiéndonos trasladar a lugares de ensueño y, encima, reducir costes?
Paraguay se está convirtiendo en un destino favorito para estas nuevas generaciones de profesionales telemáticos. Con la residencia permanente, pueden viajar sin pasaporte por toda Latinoamérica y satisfacer su pasión por descubrir nuevos lugares.
LA TECNOLOGÍA
Estas carreras no pueden satisfacerse sin tecnología.
En Asunción puede adquirirse cualquier tipo de dispositivo (PC/MAC, laptops, tables, móviles, SmartTV, Smartwatches, etc.)
Respecto a la conectividad, las grandes ciudades de Paraguay disfrutan de cobertura 4G y ésta crece paulatinamente por todo el resto del territorio. Gracias al technology leaprogging, que hace que países en desarrollo se salten estados arcaicos para acceder directamente a la infraestructura tecnológica más avanzadas, en Paraguay existe más conexión móvil que fija y ya hay más móviles que habitantes y se encuentra presente en casi todos los hogares. Gran parte de la población tiene acceso a internet gracias a la gran difusión de los smartphones y la conexión fija está creciendo.
El BID (Banco Interamericano de Desarrollo) aprobará en 2018 su Agenda Digital en Paraguay con una inversión de más de 100 millones de dólares, con objeto de facilitar la salida al mar de la conexión terrestre, aumentar la infraestructura de la banda ancha y abaratar precios. Actualmente se puede contratar una conexión de alta velocidad, sólo que su precio es más europeo que paraguayo, y este proyecto abaratará el acceso para la población local.
En un mundo TIC, Paraguay está apostando fuerte, saltándose los pasos previos, ya experimentados por otros países, para ir directamente hacia las infraestructuras más modernas. No obstante, siguen careciendo de expertos en TICS (desarrolladores, project manager, testers, diseñadores gráficos, auditores certificados, etc.). Es decir, si alguien desea un trabajo tradicional, también lo va a encontrar fácilmente en este nuevo entorno en este país con un desarrollo tan acuciado.
OPORTUNIDAD ÚNICA EN LA VIDA
Imaginémonos revisar el último balance contable con el laptop en el regazo y un pie descalzo sobre las aguas del río Paraguay o, ya con la residencia obtenida gracias a Living in Paraguay, mientras se disfruta de un café en una terraza de Valparaíso (Chile) o se toma el sol en Salvador de Bahía. Suena a momentos impagables en la vida, ¿verdad?
Elegir cambiar de vida y cambiar de país nunca ha sido fácil. Pero las nuevas profesiones y el apoyo de LIP lo hacen más accesible y seguro que nunca.